Drácula

Película de 1992 dirigida por Francis Ford Coppola. Un joven representante de una firma de abogados londinense se desplaza a Transilvania para cerrar unas operaciones inmobiliarias con el conde Drácula. No sabe que se trata de un aparente anciano con más de 400 años y que debe su inmortalidad a su condición de vampiro, que comenzó cuando renegó de Dios porque dejó que su esposa se suicidara mientras él estaba en las cruzadas. Drácula siente que la prometida del abogado es la reencarnación de su mujer, por lo que su plan consistirá en recuperarla a toda costa. Revisión del clásico de Bram Stoker de la mano de Coppola, con un cuidado muy especial por lo estético y queriendo ensalzar el profundo romanticismo que se esconde tras el mito de terror. En lo visual el director ha querido utilizar un estilo neogótico con un inteligente uso de los colores para contrastar la belleza de las imágenes con el terror de la sangre y los ataques vampirescos. Destaca el enorme trabajo de vestuario, maquillaje, decorados, efectos visuales... pues hacen que casi cualquier fotograma sea muy llamativo y atractivo. Coppola apostó por un poco conocido Gary Oldman para encarnar al conde Drácula, lo cual fue un acierto por el estupendo trabajo que hizo, consolidándose en películas posteriores su prestigio. Contó con otros estupendo actores como Anthony Hopkins, Winona Ryder, Cary Elwes, etc., siendo la interpretación más limitada la del popular Keanu Reeves (él mismo reconoció no estar contento con su actuación). El prestigioso director deja otra muestra de su talento recuperando un clásico de la literatura y el cine para explotar su parte romántica que había pasado más desapercibida. Excelente.