Película de 1962 dirigida por Sam Peckinpah. Un banquero contrata a un pistolero para que pueda traer el oro de la mina hasta sus oficinas ya que le han robado varias veces en ese trayecto. Aunque inicialmente le parece demasiado mayor, decide contratarlo gracias a su reputación. Éste, viendo la dificultad del proyecto, decide sumar un par de vaqueros más a su aventura, un viejo amigo y un chico joven. Pero el trayecto se irá complicando cada vez más.
Espléndido western sobre dos vaqueros de avanzada edad que se enfrentan a situaciones complicadas y tienen que tirar de experiencia y carácter. Sin duda que el gran Clint Eastwood se inspiró mucho en ella para alguno de sus grandes western pues es evidente la similitud de algunos aspectos. Peckinpah hace una cinta muy sólida partiendo de una historia que es hasta algo convencional (mercenario que escolta una entrega de oro en medio del salvaje oeste) pero que eleva el resultado de forma sorprendente al hacer que los protagonistas no sean dos descerebrados pistoleros sino dos veteranos y expertos vaqueros con diferente carácter y mucha personalidad. Es un western que muestra el ocaso del Oeste tradicional, desde mostrando un automóvil hasta la evolución de sus protagonistas, con una gran dirección que lo hace con mucha elegancia y lirismo. Cuenta con dos protagonistas de lujo al final de sus respectivas carreras y poniendo un broche de oro a las mismas: Randolph Scott y Joel McCrea. Con esta película Peckinpah se situó en la constelación del séptimo arte y más tarde se consolidaría en ella.
Muy buena.
