Película de 1983 dirigida por Nagisa Oshima. Durante la II Guerra Mundial en un campo de prisioneros en Japón coinciden un grupo de soldados británicos con sus guardianes los japoneses. El tiempo juntos hacen que, a pesar de sus diferencias irreconciliables, surja alguna amistad. Sin embargo, los japoneses les consideran deshonestos pues prefirieron ser capturados a suicidarse, perdiendo así su honor.
Producción japonesa de la novela The Seed and the Sower de Sir Laurens Van Der Post. La historia trata sobre la relación que se establece entre carcelero y prisionero, incluso sin importar que se trate de enemigos que están librando una guerra. Hay pasajes muy interesantes y con profundidad mientras que otros rompen un poco el ritmo y restan algo de tensión al conjunto. En general, las interpretaciones de los japoneses son muy exageradas y se ven artificiales. En el lado británico llama la atención el famoso cantante David Bowie, con alguna frase tan curiosa como "ojalá pudiera cantar". El aspecto más destacable es la bella banda sonora de Ryuichi Sakamoto, quien también lidera el reparto por la parte nipona.
Interesante.
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