Película de 2008 dirigida por Marc Foster. Tras conseguir arrestar al líder mafioso Mr. White las cosas se complican y éste desaparece. Las pistas llevan a Bond a perseguir a un colaborador que está haciendo un trato con un militar bolivariano para ayudarle a dar un golpe de estado y a cambio quedarse con una enorme porción de desierto. La investigación, como siempre, será complicada y peligrosa. Tanto que el propio MI6 piensa que su agente está actuando por motivos personales al querer vengar a Vesper y llega a suspenderle.
Segunda cinta de Daniel Craig como el famoso agente británico y número 22 de toda la saga. Foster imprime un pequeño giro hacia la acción y deja más de lado al propio personaje, lo que hace que la película sea más intensa pero de menos calado. Muestra de este foco es que reduce la duración en unos 40 minutos frente a su predecesora, como si simplemente en la edición hubiera incluido las partes más trepidantes. Esto elimina parte del encanto del personaje y lo acerca a cualquiera de las cintas de acción que se emiten continuamente. Sólo su protagonista y la estupenda Judi Dench imprimen un sello de más calidad (además de todo el apartado técnico).
Cine palomitero
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