Película de 1995 dirigida por Martin Campbell. El mundo se estremece cuando se produce un ataque con un arma que sólo se sospechaba que existía: Goldeneye. Desarrollada por los soviéticos, está en el espacio y es capaz de producir un pulso electromagnético que destruye todo aparato eléctrico. Se sospecha que está en manos de un terrorista disidente del ejército y la Agencia Británica pone a su mejor agente a investigar el caso a impedir un nuevo disparo.
Primera entrega de la saga James Bond protagonizada por Pierce Brosnan tras triunfar en televisión y liberarse de sus compromisos. El actor irlandés tiene un perfil perfecto para ello y le añade incluso un toque más sarcástico que sus predecesores, estando también más preparado para la acción física. La trama es similar a otras pero se nota un paso más en el desarrollo y presupuesto de efectos especiales. Tiene poco suspense y se deja todo el espectáculo para la acción y el lucimiento de su protagonista. La chica Bond elegida no cumple expectativas y pasa rápidamente al olvido, aunque sí cuenta con un "malo" apropiado con Sean Bean. También queda en la memoria los créditos iniciales con la canción de Tina Turner. El resultado es más llamativo que muchas pero no tan interesante.
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