Película de 2023 dirigida por Alejandro Monteverde. Un padre en Honduras lleva a sus dos hijos pequeños a un casting para unas pruebas y descubre con terror que desaparecen. Han caído en las manos de una mafia de trata de blancas y poco puede hacer para recuperarles. Unos meses después un agente de Seguridad Nacional de los EE.UU. recupera a uno de ellos en una investigación contra pornografía infantil y se empleará a fondo para recuperar al otro.
Monteverde cuenta un historia real como vehículo de denuncia de una abominación como es la explotación infantil, con énfasis en la sexual y el tráfico de niños. Es un tema muy duro y complicado de abordar para ser claro, objetivo con los hechos y evitar ser extremadamente duro en las imágenes. Y por si hay dudas al final da algunos datos escalofriantes: nunca ha habido más esclavos que ahora mismo (muchos de ellos son niños) y los EE.UU. son el principal mercado de pornografía infantil. Por ello la historia en sí misma es un golpe al corazón del espectador por lo que no es recomendable para los espectadores sensibles. No obstante, el director y coguionista consigue un equilibrio razonable en todos los aspectos (siempre habrá quien considere el acercamiento escaso o excesivo). Y utiliza la historia real del ex-agente Tim Ballard para mostrar un poquito de ese mundo de monstruos y de dolor. Lo encarna un buen Jim Caviezel y sale airoso de un reto tan complicado. También funciona bien el resto del reparto, como todos los niños que participan.
Buena
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