domingo, 29 de julio de 2012
Días sin huella
Película de 1945 dirigida por Billy Wilder. Un joven escritor con talento pero fracasado por su alcoholismo, recibe la ayuda de su novia y su hermano para que rehabilitarse. Pero su necesidad de alcohol es muy alta, además de pensar que le aclara el pensamiento y ayuda a escribir, lo que le hace un caso muy difícil.
El maestro Wilder destacó en comedias, intriga y dramas, como este caso, en el que plasmó la tremenda condena que supone para una persona caer en el alcoholismo y que le supuso arrasar en premios y crítica. Retrató muy bien la desesperación que supone para los familiares y amigos, así como el sufrimiento que pasan los enfermos y lo que el alcohol significa para ellos. Sin duda, una de las mejores películas sobre este tema tan duro, si no la mejor. Destaca el guión del maestro y Charles Brackett, adaptando la novela de Charles R. Jackson, con un gran personaje rendido a su destino y unos diálogos fantásticos. Ray Milland borda su papel, realmente para lucirse, tanto cuando está pletórico y su mente funciona a la perfección, como cuando está hundido buscando algún trago. Jane Wyman cubre decentemente su rol de amante novia que lucha contra ese gigante invencible, la botella, aunque no llegue a destacar excesivamente. La banda sonora de Miklós Rózsa acompaña bellamente a esta dura pero cotidiana historia. Y sobre todo ello está la genial dirección de Wilder, con sus humanos personajes, su dura historia con afilados diálogos y el tratamiento que hace de todo ello.
Excelente drama realista.
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