Película de 1988 dirigida por Martin Donovan. Adrian es un anglosajón que vive en Argentina, tiene un cine de poco éxito, su madre está ingresada en un sanatorio mental y vive solo. Es bastante maníaco en su relación con los demás, de ahí que le cuesta encontrar un compañero de piso hasta que conoce a un americano. Su amistad con él va creciendo pero también la desconfianza porque sospecha que no realmente no sabe nada de él y que está ocultando algo. Mientras tanto, las noticias van recogiendo los crímenes de un asesino en serie en la ciudad.
Donovan escribe y dirige este thriller psicológico con la extraña base de un colectivo anglosajones viviendo en Buenos Aires. La primera mitad se centra en la peculiar personalidad del protagonista con sus manías y tormentos personales, así como el inicio de la relación con el inescrutable americano y el microcosmos de su comunidad de vecinos. Esta parte se hace excesivamente larga y lenta, pudiendo por momentos tentar al espectador de desconectar definitivamente. Luego pasa a levantar sospechas sobre el compañero de piso y hasta sobre él mismo entre los vecinos, lo que la hace más interesante. Pero no llega a aprovechar el potencial que se ha creado y se centra más en la relación entre los dos compañeros de piso y sus vecinos que en crear más tensión sobre los crímenes y su autor. El resultado demuestra que Donovan se mueve mejor como guionista que como director. El protagonista es un joven Colin Firth bastante correcto y con mucha flema inglesa.
Thriller psicológico irregular y no muy logrado.
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