Película de 2005 dirigida por Thomas Carter. El fracasado equipo de baloncesto de un instituto de California busca un nuevo entrenador y le ofrece el puesto a un exjugador del mismo que consiguió numerosos récords. Acepta el cargo si los chicos se comprometen a ir a clase y sacar buenas notas, mientras que por su parte les asegura el éxito en la cancha. Y todo empieza a ir bien gracias a la enorme exigencia del entrenador hasta que descubre que los jóvenes no están cumpliendo su parte. Las medidas que toma se volverán tan impopulares que lo hacen famoso.
Interesante película basada en la historia real del controvertido entrenador Ken Carter que es, a la vez, una pequeña épica deportiva y una denuncia social. Fomenta la disciplina y muestra lo esencial que es la motivación (y creer en uno mismo) para alcanzar cualquier meta. Viene a ser un ejemplo del bonito dicho popular "nunca llegarás más lejos de tus propios sueños". La estructura viene a ser la clásica de este tipo de historias y supera la previsibilidad que en buena medida tienen los sucesos reales gracias a su sólido desarrollo y al buen hacer de su protagonista, un estupendo Samuel L. Jackson. Esto hace que el resultado sea superior a la mayoría de películas del género deportivo y muy entretenida para el espectador. Y lo mejor es que los valores que transmite son muy positivos por lo que es recomendable para todos salvo el público infantil por las escenas de drogas, sexo y violencia (que no son ni muchas ni muy explícitas, pero existen).
Buena.
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