Película de 1997 dirigida por James Cameron. El barco más lujoso nunca visto está a punto de zarpar en su viaje inaugural hacia los EE.UU. llevando a unas 2.200 personas de muy distintos orígenes y clases. Entre ellos está una chica de buena familia pero arruinada que está prometida por las presiones de su madre con un rico empresario, y un joven artista con muchos valores pero ni un céntimo en sus bolsillos. El destino les hará conocerse a pesar de la enorme diferencia de clases y enamorarse, sin sospechar la tragedia que se avecina.
Proyecto "titánico" de Cameron que luchó con los estudios para hacerlo como él quería y que triunfó en todos los aspectos, tanto en taquilla como en premios de todo tipo. La clave del éxito es que, a pesar de la exquisitez en todos los detalles técnicos y artísticos hasta en los detalles más inimaginables, cuidó la trama y nos contó la historia que todos conocemos del hundimiento mediante un emotivo y épico romance. Aunque podría haberse ahorrado algún aspecto o vuelta de tuerca en las desventuras de la pareja con el celoso prometido, la historia romántica funciona maravillosamente y consigue conmover a los espectadores. A esto hay que añadir la espectacular y perfecta recreación del barco (en muchos casos se recurrieron a los fabricantes originales de muchos objetos y materiales del Titanic) y de su hundimiento, creando un relato sensible pero estremecedor. Todo el apartado artístico es impresionante y también cuenta con un acertado reparto con Kate Winslet, Leonardo DiCaprio (un poco joven para su papel aunque trabaja muy bien), Kathy Bates, Bill Paxton,... Y las impresionantes imágenes van acompañadas de una preciosa banda sonora compuesta por James Horner.
Fascinante.
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