Película de 2009 dirigida por Jean-Marc Valleé. Desde antes de cumplir los 18 años, la princesa Victoria recibe las atenciones de varios caballeros que quieren ganarse su confianza de una manera u otra para poder manipularla. Es la heredera al trono del imperio británico y se espera que el rey muera pronto, de ahí el interés para controlar a una inexperta pero poderosa reina. Uno de los caballeros que se acercan es por el interés de su familia en Bélgica, pero su amor por ella acabará convirtiéndole un un auténtico pretendiente.
Bonita cinta para toda la familia sobre la llegada al trono del imperio más importante que existía en el momento de una jovencita con carácter pero sin experiencia. Las intrigas palaciegas y la avaricia de poder mueven las personas que la rodean y que le dificultan saber quién le apoya de verdad. Subyace una de las historias de amor más legendarias de la historia. Todo está articulado con un buen guión de Julian Fellowes que describe adecuadamente esas intrigas y hace fácil para el espectador seguirlas. Lo más destacado es la magnífica ambientación que recrea perfectamente la época y que luce maravillosamente junto al vestuario gracias a una buena fotografía. El otro pilar son las interpretaciones de los protagonistas donde brillan desde la joven Emily Blunt (especialmente) hasta los más veteranos Jim Broadbent, Miranda Richardson, Mark Strong y Paul Bettany. El mayor acierto de Valleé es no empalagar con una bonita historia romántica y dar una perspectiva más amplia y realista, además de dotar de elegancia el rodaje.
Buena cinta familiar.
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