Película de 2017 dirigida por Guy Ritchie. De niño, Arturo ve cómo un extraño ser mata a su madre y a su padre, rey de Inglaterra, no sin que antes pudieran meterlo en un bote para salvarle la vida, convirtiéndose su tío en el rey tirano que gobierna la nación. Crece ajeno a esta situación hasta que sucede lo inevitable, pues su destino y la esperanza del pueblo está en que destrone al cruel rey y le sustituya.
Lamentable ocasión perdida para "revisitar" la leyenda del rey Arturo y Camelot a pesar de contar con los medios económicos, técnicos y artísticos para haber completado una obra más redonda. El resultado da a entender que Ritchie quería tener su propio Lord of the Rings a la inglesa, pero se queda en un bodrio. Hay escenas completas que parecen un mero trailer de otra cinta pero que al final hacen que el espectador se dé cuenta que toda la película es sólo eso, unos fuegos artificiales sin el más mínimo fondo. Carece de sentido, el desarrollo es desastroso y hasta algunas actuaciones parecen caricaturas. El guión es el agujero negro que absorbe lo que hay a su alrededor y deja al espectador frustrado por las expectativas que pudiera tener. Cuenta con algunos actores reconocidos que están muy lejos de sus mejores registros, como Jude Law, junto con caras nuevas.
Mala.
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