Película de 1973 dirigida por Michael Crichton. Un par de amigos van a pasar unas vacaciones en un parque temático muy especial y exclusivo pues recrea tres mundos (el romano, el medieval y el oeste) de forma muy realista aunque sus habitantes sean robots. Esto permite hacer duelos hasta la muerte sin que suponga ningún riesgo para los visitantes. Pero los ingenieros del parque empiezan a detectar algunas desviaciones inesperadas en los comportamientos de algunos robots hasta llegar a pedir que cierren el parque para mantenimiento, pero los propietarios temen el efecto que podría causar esta medida.
Crichton escribe y dirige esta cinta basada en su propia novela y que recientemente ha dado lugar a una popular serie. La trama es muy buena y la idea puede dar para mucho, como se está viendo ahora, aunque la faceta de Crichton como director no está tan desarrollada como la de escritor. Esto hace que la cinta padezca de una simplicidad que perjudica el resultado global, quedándose mucho más limitada en su impacto al espectador de lo que pudiera haber sido. Es muy entretenida y resuelven con bastante habilidad la falta de unos efectos especiales más potentes, pero es el desarrollo y la resolución de la historia lo que se percibe como muy justita. Se podía haber contado con algún personaje más y profundizar más en ellos y su relación con el ambiente y, en especial, con algunos robots, así como la evolución de éstos. Cuenta con un buen trío de protagonistas con Richard Benjamin, James Brolin y Yul Brynner, destacando este último.
Interesante y entretenida.
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