Película de 1993 dirigida por Steven Spielberg. Oskar Schindler es un empresario con visión y habilidades comerciales y quiere aprovechar la guerra para hacer dinero. Se establece en Cracovia y con la ayuda de varios judíos se queda con una fábrica y empieza a vender al ejército. Contrata a cientos de judíos en ella por ser más barato y éstos lo ven como una gran oportunidad pues allí no se mata a nadie. Pero la presión nazi es cada vez mayor y las situaciones que se viven son impredecibles y trágicas.
Spielberg, el conocido como rey Midas del cine, sorprendió con esta adaptación de la novela Schindler's Ark de Thomas Keneally por muchos aspectos. Desde el punto de vista de la productora se trataba de un proyecto de mucho riesgo al tratarse de una película de más de tres hora, en blanco y negro y sobre un tema muy duro, por lo que temían un fracaso. Para el espectador, se encontró con uno de los relatos más crudos sobre el terror nazi y el holocausto judío, pero realizado con una calidad y una sensibilidad pocas veces vista. Y la sorpresa era mayor cuando venía de la mano de un director muy comercial. Pero, gracias a su calidad, triunfó entre público y crítica, pues es impresionante, conmueve e impacta profundamente al espectador. Todo en ella está a gran nivel, como la inolvidable banda sonora del maestro John Williams, la fotografía, la dirección artística, la mano de Spielberg, las actuaciones... Cuenta con un gran reparto donde destacó un desconocido Ralph Fiennes con una magnífica interpretación, a pesar de que sus dos protagonistas, Liam Neeson y Ben Kingsley, también estaban a gran nivel.
Imprescindible.
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