Película de 2018 dirigida por Trevor Nunn. Una octogenaria es detenida tras salir a la luz pruebas de que fue una importante espía rusa infiltrada en el Reino Unido, nada más y nada menos en el programa de investigación para el desarrollo de armas nucleares.
Adaptación de la novela homónima de Jennie Rooney que se inspiró en el caso real de Melita Norwood que sacudió a la sociedad británica a finales de los 90. La descubrió un antiguo miembro del KGB que la definió como la espía británica más importante y que durante más tiempo sirvió a los comunistas. Por lo tanto, Nunn cuenta una historia real muy interesante y que escandaliza y hace reflexionar casi a partes iguales. La cinta combina el presente con el pasado, lo cual está bien para ver dos líneas temporales distintas y con diferente atractivo. Pero la principal, la del pasado, es bastante irregular y no fluye como pudiera, haciendo decaer la calidad global. Como siempre, Judi Dench está genial aunque su papel aquí es secundario. Nunn desaprovecha la oportunidad de presentar un personaje (que son dos aquí) con mucho magnetismo y carisma, quedando en un relato con interés pero no desarrollado hábilmente ni trabajado bien su protagonista.
Interesante historia.
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