Película de 1990 dirigida por John G. Avildsen. Rocky vuelve muy afectado de Rusia y sabe que es el momento de retirarse. Pronto recibe el reto de otro boxeador pero no cambia su decisión. Sin embargo, se ve en la bancarrota por la mala gestión de su cuñado, obligándole a comenzar de nuevo pero esta vez como entrenador. Encuentra una joven promesa y recupera ilusión, pero a costa de perjudicar la relación con su hijo.

Otra entrega de esta saga exitosa pero en declive. Parece que el propio Stallone, consciente de ello, vuelve a escribir el guión y recupera a Avildsen para dirigir la cinta. Pero no es suficiente para revitalizar la historia y se hace cansina y repetitiva, otro giro de tuerca para todos sus protagonistas que no salen de su círculo vicioso. No aporta nada y se ve con cierta pena la falta de escrúpulos y talento al seguir "ordeñando la hermosa vaca que hubo hace años". Hasta los actores se contagian de la desidia y son cada vez menos creíbles.

Sólo para incondicionales de la saga.