Película de 2017 dirigida por Sean Anders. Tras un tiempo de cordial relación los dos padres que empezaron con mal pie han llegado al acuerdo de co-padres para educar, uno a sus hijos naturales y el otro a sus hijastros. Se acerca la Navidad y han detectado que el niño sufre al tener dos familias separadas, así que deciden pasar las fiestas juntos para solucionarlo. Todo parece ir bien hasta que los padres de ambos se unen a la celebración y traen con ellos los resentimientos iniciales que ya superaron.
Segunda entrega en la que se utilizan los abuelos para iniciar la guerra de estilos parentales. Por lo tanto, es una continuación en toda regla con el plus de contar a dos veteranos como Mel Gibson y John Lithgow y tener un humor menos soez que la primera. La parte cómica se sigue basando en el ridículo que hacen algunos caracteres, rol en el que Will Ferrell es todo un experto, y con referencias sexuales aunque sin caer en el exceso de la primera entrega. Por lo tanto, sigue siendo indicada sólo a los aficionados a este tipo de humor y será insoportable para el resto.
Para incondicionales del humor basado en el ridículo.
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