Película de 1997 dirigida por Wolfgang Petersen. El presidente de los EE.UU. va a regresar en el Air Force One desde Moscú tras alcanzar un gran logro con su homólogo ruso en la lucha antiterrorista. El viaje empieza bien pero unos criminales con la ayuda de un topo logran secuestrar el avión aunque se les escapa el propio presidente, que parece haber podido coger la cápsula especial para salir en pleno vuelo.
El director alemán está al frente de un proyecto comercial bastante convencional con una historia inverosímil y con un guion limitado que no resiste el mínimo análisis, pero que su buen hacer en el género de acción y un protagonista como Harrison Ford hacen que el resultado sea entretenido y consiga bastante éxito. Tiene mucho ritmo y vueltas de tuerca que hacen que se supere en buena medida que el espectador pueda predecir el final sin temor a equivocarse. Tiene secundarios de altura como Gary Oldman, Glenn Close y William H. Macy entre otros, que le dan algo de solidez aunque ninguno haga un trabajo a su nivel. El conjunto funciona como pasatiempo gracias a la sucesión continua de escenas de acción realizadas con habilidad.
Cine palomitero
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