Película de 2017 dirigida por Matthew Vaughn. El cuartel general de los Kingsman y la mayoría de sus agentes son atacados y destruidos, salvándose por casualidad sólo algunos de ellos. Averiguan que el ataque ha sido orquestado por un cártel de drogas llamado el círculo de oro y su jefa. Los pocos agentes que se ponen a investigar se apoyan en una organización norteamericana para poder resolver el caso, que se complica cuando el cártel adultera sus drogas y convierte a todos sus adictos en el mundo en rehenes por los que pide un rescate inimaginable.
Segunda entrega de las adaptaciones de los personajes creados por Millar y Gibbons de la mano del propio Vaughn y Jane Goldman, responsables de la trilogía completa. Mantiene el mismo estilo de acción y humor que la original, siendo básicamente un Bond con más flema inglesa y un humor más gamberro y menos sofisticado. Por lo tanto, no tiene la frescura y sorpresa inicial pero mantiene un buen nivel para tratarse de una secuela. Llama la atención el nutrido reparto con Taron Egerton, Colin Firth, Mark Strong, Julianne Moore, Halle Berry, Channing Tatum, Pedro Pascal, Jeff Bridges... y Elton John haciendo de sí mismo en una versión que debió elegir él. Vaughn lleva un poco más al extremo las situaciones violentas y también extiende excesivamente la duración por encima de las dos horas. Tiene atractivo pero con irregularidades en su desarrollo.
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