Película de 1951 dirigida por Raoul Walsh. Un sheriff detiene a un presunto criminal cuando estaban a punto de colgarle unos enfurecidos familiares y amigos de la víctima. A pesar de rebasarle en número, el coraje del sheriff y sus dos ayudantes consiguen salir del atolladero y emprender el viaje a la ciudad para que juzguen al detenido. El padre del muchacho asesinado no se da por vencido y los persigue para vengarse.
A partir de una trama bastante sencilla y hasta algo tópica, Walsh demostró que con talento podía hacerse una buena película. El guión de Doniger y Meltzer explota con inteligencia todas las situaciones que van presentando, desarrollando unas interesantes relaciones entre los diferentes personajes. Walsh incorpora el paisaje y decorados como otro carácter más de la historia, sacándole muy buen partido. Entre el reparto destaca el duelo interpretativo de dos fantásticos actores, Kirk Douglas y Walter Brennan, acompañados por una buena Virginia Mayo.
Buen western.
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