Película de 1996 dirigida por Peter Jackson. Un joven estafador hace negocio del don que tiene de ver los espíritus, y más aún porque se relaciona habitualmente con tres de ellos que asustan a los objetivos para que el chico vaya luego a liberarlos y capturar a los fantasmas. Pero en el pueblo empiezan a sucederse varias víctimas y el joven descubre que hay un espíritu maligno que es quien está matando a la gente del pueblo. Nadie le cree porque le conocen y hasta llegan a considerarle sospechoso.
El tándem principal detrás de la genial saga de El señor de los anillos realizó con anterioridad esta simpática y original cinta de fantasmas. Con guión de Jackson y Fran Walsh, es una apuesta por mezclar a cierto nivel terror (fantasmas y psicópatas) y comedia con unos efectos especiales muy buenos que sorprendieron en su momento. Es bastante original en su planteamiento aunque el humor no se basa en un ingenio agudo sino en aprovechar las situaciones para hacer chistes más o menos fáciles, siendo esto su lado menos positivo. Se puede considerar como una película dirigida a jóvenes adolescentes que sean poco exigentes en general, aunque no está mal para el resto. Bajo esa perspectiva el reparto funciona bien con Michael J. Fox a la cabeza. Dada la naturaleza del humor y el lenguaje, no es recomendable para niños.
Entretenida.
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