Película de 1979 dirigida por Hal Ashby. Un hombre que ha vivido siempre en la casa de su señor como jardinero y que nunca ha salido a la calle, se encuentra desamparado cuando muere éste. Gracias a un pequeño accidente, acaba en la casa de un multimillonario y su esposa, donde debe recuperarse de unas lesiones. Dada su extrema sencillez, todos creen que es un gran hombre de negocios que habla con simples símiles, cuando realmente sólo entiende algo de jardinería y sólo le gusta la televisión. Incluso el presidente de los EE.UU. lo confunde con un gran estratega y hasta lo cita en un discurso, lo que lo catapulta a la fama.
Ashby lleva a la gran pantalla la novela corta homónima de Jerzy Kosinski, autor también del guión. Constituye una critica a la sociedad actual, un monumento de lo absurdo, en lo que todos escuchan y quieren interpretar con profundidad las palabras elementales de un hombre con la mentalidad de un niño pequeño. Muestra la necesidad de encontrar a alguien con auténticos valores y la superficialidad y vacío de los que están en el poder. Como trama absurda que es, no dejará indiferente al espectador, pudiendo gustar su mensaje o parecer una tontería. Su ritmo es lento siguiendo el carácter pausado del protagonista, lo que junto a las situaciones sinsentido que va contando hace que pueda sentirse larga. Tiene un excelente grupo de actores que realizan estupendos trabajos, como Peter Sellers, Shirley MacLaine, Jack Warden y Melvyn Douglas. En buena medida parece un vehículo para el lucimiento del primero en la que supuso su penúltima película.
Peculiar e inverosímil fábula.
No hay comentarios:
Publicar un comentario