Película de 1988 dirigida por Robert Zemeckis. Un detective es contratado para que obtenga pruebas de que la esposa de una estrella de dibujos animados, Roger Rabbit, se ve con otros hombres. Poco después de conseguirlas y enseñárselas al conejo, el hombre que estaba con la mujer aparece muerto, que resulta ser el propietario de todo Dibullywood. La policía sospecha que ha sido Roger como venganza pero pronto el detective se dará cuenta que el móvil no era pasional sino para obtener los terrenos de los estudios.
Divertida y original comedia de aventuras para toda la familia (tiene algunos golpes subidos de tono pero que los niños no captan del todo bien) que mezcla dibujos animados con personajes reales con la idea de que los primeros son actores que trabajan en los estudios. Zemeckis rueda muy hábilmente porque es capaz de mezclar un estilo de cine negro con otro alocado propio de los dibujos animados clásicos manteniendo el humor y la intriga en todo momento. En su momento sorprendió por la calidad técnica y aún hoy en día sus efectos no desmerecen. Pero por encima de este aspecto está la historia que es muy simpática y la idea de mezclar con "credibilidad" ambos mundos. El reparto no es muy conocido salvo Christopher Lloyd y Bob Hoskins pero funciona estupendamente en ese marco del Hollywood de los años 40 tan perfectamente recreado.
Buena y muy divertida.
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