Película de 2006 dirigida por Michael Mayer. Al acabar el
instituto una joven regresa a su rancho en Wyoming con su familia y no sabe
cómo decirles que está a punto de repetir. Allí, con los caballos, se siente
libre y feliz, pero su padre insiste en que estudie. La situación entre ellos
se tensa aún más cuando se entera de sus malas notas y que quiere adoptar y
domar a un caballo salvaje que ha encontrado. El padre considera que estos
Mustang son perjudiciales para el rebaño y quiere deshacerse de él, pero
la chica se identifica mucho con el animal y hará lo necesario por quedárselo.
Mayer nos cuenta la típica historia de la adolescente
incomprendida en la familia, concretamente por el padre, y que en esta ocasión
encuentra un refugio o aliado emocional en un caballo salvaje. Por lo tanto, no
es muy original pero es sencilla, sin pretensiones, bonita y apta para toda la
familia. Tiene unas localizaciones maravillosas y un reparto que funciona, así
que es agradable y entretenida. Aunque está muy dirigida a jóvenes, también la
pueden disfrutar niños y mayores. Tiene algún detalle de humor, algunas
aventuras, momentos tiernos, etc., no destacando en ninguno pero encontrando la
empatía del espectador.
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