Película de 2017 dirigida por Jonathan Dayton y Valerie Faris. Tras un año triunfal, una joven tenista inicia un pulso con la Federación Americana de Tenis porque quieren dotar al premio masculino ocho veces más que al femenino. Convence a otras compañeras para iniciar un campeonato paralelo por la injusticia que supone, despertando así el debate sobre el machismo predominante en el deporte. Un tenista ya retirado y enganchado a todo tipo de apuestas, ve una oportunidad para ganar mucho dinero: retar a la chica a un partido de tenis contra un hombre mayor.
El evento se llamó "la batalla de los sexos".
Interesante historia real ocurrida en la primera mitad de los setenta sobre la discriminación machista en el mundo del deporte y su extensión a todos los aspectos de la vida. Tiene muchas virtudes como el propio argumento, los personajes tan carismáticos que la protagonizan, la perspectiva que se usa combinando comedia y drama, las magníficas interpretaciones, la ambientación setentera tan conseguida, etc. Hacen que la cinta sea de buena calidad, muy interesante y entretenida, sorprendiendo gratamente al espectador. El mayor defecto es que parece que Dayton y Faris dudan a veces si centrarse más en la parte romántica, en la denuncia sobre la homofobia, en la respectiva a la discriminación al deporte o explotar más el protagonista masculino (que no tiene desperdicio). Este último aspecto lo aprovecha un gran Steve Carrell para hacer una soberbia actuación, brillante y desternillante. También Emma Stone está a un gran nivel y se consolida como una de las estrellas de su generación.
Bastante buena.
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