miércoles, 30 de mayo de 2018

El premio


Película de 1963 dirigida por Mark Robson. Otro año más se desvelan los ganadores de los premios Nobel para que poco después acudan a la semana de su entrega. Pero rápidamente se ve que no va a ser un año normal: el de Medicina ha sido repartido entre dos científicos pero uno piensa que el otro le ha copiado su trabajo, el de Literatura ha recaído en un joven americano que dice estar acabado, otro ha sido para un matrimonio en el que ella le acusa de ser infiel... Pero lo peor es que el de Literatura sospecha que hay una conspiración bolchevique que ha conseguido infiltrar un doble falso para recoger el de Física y hacer un alegato contra los EE.UU. y los países que están a este lado del telón de acero.
Espléndido clásico del cine de suspense en el que también destacan la acción y su lado cómico. Robson adapta la novela de Irving Wallace pero que lo hace inspirado por la obra maestra de Hitchcok Con la muerte en los talones de sólo cuatro años antes y para lo que utiliza el mismo guionista, Ernest Lehman. Curiosamente centra la trama en una intriga clásica de la Guerra Fría que, muy poco después, también usaría Hitchcok para otra famosa cinta. Pero Robson no le da todo el centro de gravedad al suspense aunque sea el hilo conductor de la historia, y dota a su protagonista de un sarcasmo y una personalidad magnética para el espectador, todo ello aprovechando que contaba con una leyenda de la interpretación como Paul Newman. Está sencillamente perfecto en este papel de borracho socarrón y mujeriego pero muy curioso y sagaz. Y cuenta con otra leyenda del cine como el veterano Edward G. Robinson, también brillante como siempre. Sólo por disfrutar de la presencia de estas dos leyendas es ya motivo suficiente para verla, pero tiene una atractiva historia de misterio detrás y contada con algunos momentos realmente simpáticos. También permite ver unas bellas localizaciones de Estocolmo.
Magnífica.

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