Película de 1957 dirigida por el gran John Sturges. Un conocido sheriff y un jugador enfermo famoso por su habilidad con las armas comienzan, casi sin quererlo, una amistad seria. El destino los une nuevamente en la ciudad donde el hermano del sheriff ejerce esta misma figura porque le ha pedido ayuda para enfrentarse con unos ganaderos matones, siendo el peligro mayor del que estiman.
Legendario western que narra otra versión del famoso duelo entre los hermanos Earp (con Wyatt y Doc Holliday a la cabeza) y los Clanton en Ok Corral (la mejor junto a Pasión de los fuertes). Son muchos los aspectos a destacar y que hacen que la película tenga una gran calidad y sea de las mejores de su género. Por ejemplo, la maravillosa banda sonora basada en un tema central del gran Dimitri Tiomkin (como ya hiciera cinco años antes con Solo ante el peligro creando toda una tendencia). O la precisa y preciosa fotografía de Charles Lang Jr. tanto en interiores como exteriores, aunque no se aprovechan tanto éstos y se tiende al estudio. Y, por supuesto, el reparto con una pareja protagonista de lujo y que realizan un duelo interpretativo memorable: Kirk Douglas y Burt Lancaster. Es un lujo ver a estas dos leyendas del séptimo arte trabajando juntos y en una cinta tan buena y entretenida.
Imprescindible.
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