domingo, 22 de julio de 2018

Traidor en el infierno


Película de 1953 dirigida por el maestro Billy Wilder. En plena II Guerra Mundial más de 600 sargentos aliados están prisioneros en un campo nazi llamado Stalag 17. Parece inexpugnable porque no consigue escapar nadie hasta que los prisioneros empiezan a sospechar que el motivo es que tienen un topo entre ellos que vende información a los alemanes, así que deben descubrirlo antes de intentar nada nuevo.
Wilder coescribe y dirige esta adaptación de la obra de teatro de Bevan y Trcinski. Mezcla varios géneros como el drama, la guerra y el suspense, e incluso tiene la valentía de incluir el humor (por lo que recibió críticas). Éste tiene momentos brillantes con algunas frases y escenas irónicas a la altura del genio que hay detrás del proyecto, pero también otros menos acertados insistiendo demasiado en la estupidez de algunos nazis o en el carácter de algunos presos. Esto hace que el resultado final no esté al mismo nivel que sus mejores obras pero no es irrespetuoso ni reduce la intensidad de la historia.Tiene una buena puesta en escena, un buen guión aunque con altibajos, una banda sonora que se basa en una famosa melodía y espléndidas interpretaciones. A este respecto destaca la de su protagonista, un gran William Holden, que demostró el acierto de Wilder al elegirle frente a las presiones en contra del Estudio. También la curiosidad de contar con Otto Preminger para el papel del general nazi.
Bastante buena.

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