Película de 1997 dirigida por Paul W.S. Anderson. A mediados del siglo XXI una nave espacial es mandada el rescate de otra que ha aparecido tras un tiempo perdida que estaba investigando lugares remotos del espacio. Antes de conectar detectan que no hay vida en la nave, lo que confirmar al abordarla aunque van haciendo descubrimientos que les va preocupando cada vez más.
Interesante cinta de ciencia ficción que recuerda en su primera mitad a la espléndida Alien pero que luego discurre por un camino distinto, más hacia el terror psicológico. Ese camino conduce a una solución algo complicada e inverosímil y Anderson sale bastante mal (para los espectadores de mente más abierta o que no sean excesivamente críticos puede no ser tan malo). Esto deja una mala sensación que penaliza el resultado global a pesar de que hasta ese momento se trata de una buena película, con un suspense y hasta terror bastante conseguidos. Tiene una sencilla pero efectista dirección artística y ayuda a crear la atmósfera de tensión buscada. Además, cuenta con un reparto de nivel con actores como Laurence Fishburne, Sam Neill, Jason Isaacs y Joely Richardson.
Buena pero va de más a menos.
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