Película de 2018 dirigida por Oriol Paulo. Una familia se traslada a una nueva casa y encuentra una vieja tele y unos vídeos caseros. Enseguida descubren por un amigo vecino que se trataba del niño que vivía allí y que murió atropellado justo el día de la última grabación, tras descubrir que el vecino de enfrente había matado a su esposa. Ese día hubo una gran tormenta, como la que justo se está viviendo en ese momento. Por extrañas circunstancias, al manipular la televisión la mujer consigue conectar con el niño 30 años atrás y le advierte de su atropello sin pensar las consecuencias que puede tener en el resto de acontecimientos.
Paulo coescribe y dirige un thriller sobre viajes en el tiempo que recuerda a cintas como Frequency de 2000. Juega con el impacto de un pequeño cambio en la historia para dar giros a la trama, algunos muy predecibles y otros no, lo que hace el desarrollo bastante elaborado y entretenido. Utiliza bien tanto los aspectos emocionales de los personajes como el suspense en sí, haciendo que el espectador esté enganchado hasta el final. Está bien ambientado, con buena fotografía y los actores funcionan bien, sobre todo Adriana Ugarte y Javier Gutiérrez.
Entretenida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario