Película de 1991 dirigida por Ron Howard. Un joven acaba la formación como bombero y empieza su destino justo en el mismo equipo que su hermano mayor, que es el responsable del mismo. Su padre fue bombero y murió durante el servicio, siendo el chico testigo de ello y cuya imagen se convirtió en todo un referente para el cuerpo. Pero el joven no se adapta bien porque, entre otros motivos, se están produciendo una cadena de violentos incendios que se están investigando y que pone a los bomberos en algunas situaciones complicadas.
Entretenida cinta que es todo un homenaje a uno de los grupos de trabajadores públicos más valientes: los bomberos. Tiene una trama de suspense que está bien pero se mezcla su desarrollo con otras subtramas de los personajes para ahondar en sus caracteres que no son nada acertadas. El problema está en la definición e incluso interpretación de alguno de los personajes, como el protagonista (William Baldwin) y su chica (Jennifer Jason Leigh). En otros casos se cuenta con actores muy sólidos como Robert De Niro, Donald Sutherland, Scott Glenn y Kurt Russel con diferente suerte en sus personajes. Y es que el guión original de Greg Widen deja bastante que desear y Howard parece preocuparse más de las escenas de acción (ciertamente buenas) sin darse cuenta que la parte dramática hace aguas.
Entretenida.
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