Película de 2014 dirigida por Cédric Anger. En una pequeña localidad francesa se producen varios crímenes de chicas jóvenes y la policía recibe cartas del asesino diciendo que seguirá matando, por lo que causa cierto pánico en la zona. Lo que nadie puede sospechar es que el criminal es precisamente un policía de aspecto bonachón del pueblo.
Adaptación de la novela de Yvan Stefanovitch sobre el caso real del asesino de Oise que causó el terror en esta localidad francesa hace décadas. Anger prefiere mostrar el perfil y comportamiento del asesino desde el principio en vez de jugar con el suspense de su identidad, mostrando así claramente la perspectiva más dramática que policíaca o intriga que quiere tomar. Se trata de una persona (como se ha visto en otras ocasiones) perturbada con dos vidas totalmente distintas: una normal y otra fría criminal que incluso sufre para sí mismo. Le falta más intensidad y profundidad en el protagonista, por lo que pierde buena parte del interés de esta perspectiva que elige el director, es decir, que falla en mostrar al espectador lo que pretende. Tiene algún momento bueno y cuenta con buenas interpretaciones, especialmente la de Guillaume Canet, pero queda globalmente por debajo de otras cintas similares.
Interesante.
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