Película de 2017 dirigida por Fernando González Molina. Tras la aparición del cadáver desnudo de una segunda joven, la policía pone al frente de la investigación a una inspectora con experiencia incluso en el FBI para que resuelva el caso. Además, ella es oriunda de la zona donde actúa el asesino, por lo que piensan que su conocimiento local puede ayudar. Sin embargo, este aspecto se torna en una dificultad más que una ayuda. Y mientras avanza, siguen apareciendo nuevas víctimas.
Adaptación de la novela homónima de Dolores Redondo su la investigación de un caso de asesino en serie de adolescentes con un patrón muy rebuscado. El caso es muy interesante e inquietante, se van desgranando pistas para ir haciendo una idea progresiva del criminal y sus causas. Tiene unas localizaciones y una ambientación ideal, prácticamente es un protagonista más en la historia. El director sabe crear una atmósfera cada vez más tensa en la mete al espectador y hace que la película sea entretenida e inquietante. También es un acierto el reparto, incluso más los secundarios que la protagonista principal, Marta Etura, que es irregular y se convierte en un punto débil de la cinta. La escena final, que se aleja del libro, recuerda mucho a un clásico de los 90 conocido por todos.
Buena
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