jueves, 14 de mayo de 2020

El show de Truman


Película de 1998 dirigida por Peter Weir. Un joven vive en un pueblo ideal pero con una rutina que le va cansando y no ve manera de poder cumplir sus sueños de viajar por el mundo. Poco a poco la situación le asfixia y empieza a detectar comportamientos extraños a su alrededor. Realmente, es el único que no sabe que se trata de un reality show sobre su vida y todo lo que le rodea es falso, consiguiendo el programa un enorme éxito de público. Pero también hay personas que luchan porque le liberen de esa vida falsa.
Ante el éxito en televisión de los reality shows y con un incipiente debate sobre sus límites éticos, Weir lanza una película que lleva más al extremo la idea: retransmitir una vida por completo en directo. Además, todo a su alrededor es falso para así controlar lo que ocurre de forma que pueda ir tomando medidas y ocurrencias según se comporte la audiencia. Esta trama hace que el espectador se cuestione los límites de la televisión y también los derechos individuales, muchas veces subordinados a los intereses comerciales. Tiene un buen guión de Andrew Niccol que sabe explotar la idea de fondo para crear un personaje principal simpático pero que sufre las condiciones impuestas injustamente por un productor de televisión. De forma hábil recrea alrededor del personaje una serie de circunstancias que le hacen pensar que ocurre algo muy extraño, haciendo que la empatía por el personaje crezca, y aún más cuando hay un amor prohibido por medio. También el reparto está a buen nivel con el protagonismo para Jim Carrey menos excéntrico de lo habitual y más serio, y con secundarios de la talla de Ed Harris, que está magnífico, y Paul Giamatti y Laura Linney.
Interesante y buena

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