Película de 2019 dirigida por Andrea di Stefano. Un criminal metido en la mafia polaca que controla una droga química colabora en secreto con el FBI para atrapar al jefe de la misa. Cuando se acerca la operación final hay un cambio de planes que acarrea complicaciones y se ven forzados a improvisar. La situación se va complicando tanto que hasta el FBI piensa en abandonar a su suerte al informante.
Interesante thriller aunque algo irregular pero que tiene una segunda mitad muy interesante. La trama está bastante bien pero hay aspectos importantes, en algunos giros, que no se explican debidamente y el espectador no sigue bien lo que pasa. Más adelante se va haciendo más sólida y poco previsible, con un crecimiento logrado de la atmósfera de tensión que vive el mismo protagonista. Al terminar deja buenas sensaciones por lo que vale la pena. El reparto funciona bien con algunos actores de renombre en papeles secundarios como Rosamund Pike y Clive Owen, dejando el protagonismo para Joel Kinnaman.
Interesante
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