Película de 1969 dirigida por Peter Hunt. James Bond se toma unas vacaciones pero para investigar un caso por su cuenta. Se asocia a un mafioso que le da la pista para ir tras un malvado de Spectre que está ultimando un plan para volver a chantajear al mundo entero. Consigue introducirse en el cuartel de éste pero eso sólo resulta ser lo más fácil.
Sexta cinta de la saga Bond con muchos cambios, siendo el más llamativo el del protagonista tras no aceptar los productores las pretensiones de Sean Connery, por lo que tras un concienzudo casting contrataron a George Lazenby. Inicialmente era para cinco películas pero tras el fracaso comercial de ésta acabaron aceptando las demandas del actor escocés y volvería para la séptima entrega. También cambia el estilo, se dice que es de las adaptaciones más fieles a las novelas de Ian Fleming, en que el agente no cuenta con avanzados dispositivos, ni es tan distante con las mujeres, ni se muestra tan exento de humanidad, etc. De hecho, se trata de una película que ha ganado adeptos entre los aficionados y está ahora considerada entre las mejores de la colección. Es cierto que Lazenby no tiene el gancho ni carisma de Connery, pero la historia está bastante bien y tiene varias escenas de acción realmente llamativas. Hay otras que adolecen del estilo del momento con muchos cambios de cámara que interrumpen la fluidez de la propia acción, pero mantienen encanto. Una vez más las localizaciones son clave del atractivo visual de la saga y en esta ocasión se explotan algunas en Portugal y, especialmente, Suiza. Y como malo se contó con un actor carismático como Telly Savallas. Para el recuerdo algunos momentos como el del inicio en que Lazenby hace referencia a su antecesor.
Buena.
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