Saleh da el salto a los EE.UU. con esta producción sobre un exmarine que se ve envuelto en una operación militar con fines corporativos y acaba siendo todo un laberinto. La trama recuerda a muchas otras por lo que no es nada especial, con un inicio bastante lento para dar más dramatismo y una segunda mitad con más ritmo y tensión. Por ello habrá espectadores más atraídos por lo primero y otros que disfrutarán con lo segundo. Está realizada con oficio y tiene buen reparto, especialmente con algunos secundarios como Kiefer Sutherland, Ben Foster o Eddie Marsan, siendo el protagonismo para Chris Pine. Se incluyen algunos giros para incrementar la intriga pero son predecibles en general pues carecen de originalidad. En conjunto funciona bien como entretenimiento.
Cine palomitero
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