Película de 1977 dirigida por Lewis Gilbert. De forma repentina y sorprendente desaparecen dos submarinos nucleares que hacen que Rusia y el Reino Unido colaboren poniendo sus mejores agentes a investigar el suceso. Pronto se pondrán en la pista de un reconocido hombre de negocios con un interés y amor hacia los océanos que es muy sospechoso.
Nueva entrega de la saga Bond, tercera protagonizada por Roger Moore y que se le ve ya muy metido en el papel, y primera de Gilbert (que repetirá en la siguiente). Mantiene sus reconocidos sellos característicos, como las exóticas localizaciones que en este caso explotan Egipto y algunas costas. Tiene una excelente puesta en escena que saca buen provecho de esas localizaciones, junto con unos estupendos efectos especiales. Tiene persecuciones espectaculares, varios momentos límite y frases irónicas bastante ingeniosas. Incluso hace una mayor uso de los inventos de Q y deja alguna de las escenas más famosas que se recuerdan. Y la aparición de uno de los "malos" más inolvidables: Jaws (Richard Kiel). Todo ello es suficiente para que los aficionados acaben satisfechos pues es una de las mejores entregas de la etapa Moore.
Buena.
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