Película de 1987 dirigida por Tony Scott. El detective Foley sigue trabajando en Detroit bajo las órdenes del inspector Todd que está ya en el límite por sus excesos. Mantiene una gran relación con sus compañeros de Beverly Hills cuando sucede algo que le hace ir allí de nuevo a investigar un caso que trae de cabeza al departamento. Una vez más se verá envuelto en una espiral de violencia que le llevará a enfrentarse a unos profesionales muy peligrosos.
Tras el enorme éxito de la original no se hizo esperar una segunda entrega del peculiar detective encarnado por Eddie Murphy y que le catapultó al estrellato. Lógicamente, se repite la fórmula de la anterior y, en gran medida, funciona igualmente. Carece del efecto sorpresa pues es más de lo mismo, pero se encuentra un caso interesante y las situaciones disparatadas que le caracterizan sí están bien conseguidas y son muy divertidas. Por lo tanto, es otra buena combinación de humor y acción que gustará a los que disfrutaron la primera.
Divertida
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