Película de 2004 dirigida por Joel Schumacher. A finales del siglo XIX en París unos inversores compran la Ópera de París y finalizan los preparativos para lanzar una obra que esperan muy lucrativa gracias a la estrella femenina. Pero ésta sufre extraños accidentes en los ensayos y se reciben cartas de chantaje de un supuesto fantasma que mora allí. El papel principal lo puede hacer una joven del coro que desconoce que su maestro es el propio fantasma y que, además, está enamorado de ella.
Adaptación cinematográfica del grandioso musical de Andrew Lloyd Webber que ha marcado récords en Broadway hasta su despedida el mes pasado tras décadas en cartel. El propio genio musical está involucrado en el proyecto como guionista y compositor de alguna nueva creación, por lo que el respeto con la obra original está asegurado. A los amantes de la misma les encantará por los recuerdos que traerá y por la maravillosa banda sonora, toda una delicia. Es reseñable que son los propios protagonistas los que cantan (salvo algunas partes de Minnie Driver), siendo la protagonista la que sorprende con su calidad vocal: Emmy Rossum. Los dos actores principales salvan decentemente el reto que suponían sus papeles, con Gerald Butler y Patrick Wilson. Además, cuenta con secundarios de la talla de Miranda Richardson y Ciarán Hinds entre otros. La cinta está hecha con gran calidad artística y su principal defecto, como es habitual en este tipo de adaptaciones, es su "teatralidad", lo cual no será visto así por los aficionados que tuvieron la fortuna de verla en Broadway.
Buena
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