Película de 2015 dirigida por Antoine Fuqua. Un boxeador de gran éxito campeón del mundo se ve envuelto en una triste tragedia por su mal carácter que es incapaz de controlar. Eso le lleva a tocar fondo en todos los aspectos de la vida pero tiene un gran motivo para salir de ahí: su hija. Luchará con cuerpo y alma recuperarse para poder dar algo de normalidad a la niña.
Otra cinta sobre boxeo que viene a contar algo que, en buena medida, hemos visto ya. Está bien realizada, con un guion bastante decente, con escenas de entrenamiento y pelea acertadas y estupendas interpretaciones, pero con una trama predecible y convencional. El reparto es un acierto con el protagonismo para Jake Gyllenhaal que hace nuevamente un trabajo de nivel y con un secundario de garantías como Forest Whitaker. Por lo tanto, los aficionados a este género la disfrutarán pero al resto les recordará otras cintas anteriores y hasta mejores.
Buena pero convencional.
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