Película de 2017 dirigida por Donato Carrisi. En un pequeño pueblo de la montaña desaparece una joven de 16 años sin dejar rastro, y por su entorno saben que no pudo ser voluntario. Asignan el caso a un conocido y controvertido detective que llega al pueblo y tiene claro que debe poner el foco en buscar al secuestrador, para lo que no duda en usar a la prensa y pronto pone en el punto de mira a un sospechoso.
Adaptación de la novela homónima del propio Carrisi realizada por él mismo y que decidió utilizar para debutar como director. Es un thriller con una buena ambientación y un enfoque poco habitual de la trama. La historia no va tanto de la búsqueda de la desaparecida o el criminal sino que se plantea un duelo entre un detective al final de su carrera que busca lo práctico sobre todo, no dudando en cruzar algunas líneas y manipular a quien haga falta, y el principal sospechoso del caso. Se van dando piezas de un puzle que es complicado de prever y que, seguramente, termina sorprendiendo. No obstante, sí se hace alguna trampa que ayuda a lo anterior y que hace que pierda fuerza la narración. El reparto es bueno y es un pieza clave en la cinta con Toni Servillo, Alessio Boni y Jean Reno al frente. Capta bien la atención y va manteniendo el interés hasta el final.
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