Película de 2007 dirigida por Billy Ray. El FBI sospecha que uno de sus más reputados ejecutivos está pasando información confidencial a los rusos, y lo ha hecho durante muchos años. Le asignan un nuevo asistente al que la dirección encarga que le espíe para ver si consiguen suficientes pruebas como para encarcelarlo. Pero el ejecutivo está próximo a la jubilación y sospecha que le están monitorizando, por lo que se vuelve muy cauto.
Thriller basado en la historia real del agente del FBI Robert Hanssen que fue detenido en 2001 por espionaje y que la propia agencia reconoció como el peor desastre de su historia tras haber vendido a los rusos información clasificada durante más de 20 años. Ray crea una buena atmósfera de tensión creciente alrededor del personaje principal, estupendamente interpretado por Chris Cooper. Su personalidad es clave en el desarrollo y en la intriga, y se va midiendo bien su evolución. Le falta ahondar más en la motivación para semejante traición y no prestar tanta atención a otros aspectos que no aportan nada. No obstante, el protagonista es el joven agente al que asignan la complicada tarea de espiar al veterano espía, interpretado por Ryan Philippe, que no llega a la altura de lo que exige el papel. El conjunto es bueno, tiene intensidad y atrapa al espectador, pero podía haber ido más allá.
Buena
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