Película de 2014 dirigida por Akiva Goldsman. Peter Lake es un joven que de bebé fue abandonado a las orillas de Nueva York y se crió en un ambiente poco sano. Es un ladrón que trabaja para un demonio y que intenta escapar de su yugo cuando conoce a una joven bella y dulce pero que es una enferma terminal de tisis. Llega a creer que su misión en la vida es salvarla y que incluso es capaz de hacer un milagro para ello, pero el destino es difícil de descifrar.
Debut tras las cámaras del exitoso guionista Goldsman que se encarga en este proyecto de ambas labores, guión y dirección, adaptando la novela homónima de Mark Helprin. Es un cuento no apto para niños por la violencia y alguna escena con contenido sexual, aunque la estructura y argumento es como si lo fuera, que trata con mucha fantasía sobre el destino y amor de las personas, los milagros y los demonios que intentan impedirlos. Cuida la parte estética e intenta darle a la narración la magia y encanto que deben tener este tipo de historias fantásticas, pero fracasa estrepitosamente. Sus intentos por hacerla mágica sólo la hacen cursi y pretenciosa, fallando también en la construcción de los personajes que quedan muy artificiales y falsos. Tampoco ayudan las interpretaciones de sus dos principales protagonistas, Colin Farrell y Russel Crowe, muy poco carismáticas y expresivas. Todo queda en un bonito envoltorio con buenas intenciones pero muy hueco y falto de interés.
Bastante floja.
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