Película de 1991 dirigida por Michael Lehmann. Tras varios años en la cárcel sale
el que es considerado el mejor ladrón de guante blanco del mundo. Cuando aún no
ha pisado ni la calle ya le ofrecen dar un nuevo golpe. Aunque se resiste
inicialmente, acaba robando una importante escultura de Leonardo daVinci. Es
cuando se da cuenta que está metido en algo bastante más grande que no
comprende y que está obligado a hacer otros robos espectaculares para intentar
salir airoso de la situación.
Cinta que intentaba aprovechar el tirón comercial de su
protagonista, Bruce Willis, con una historia de acción con robos sorprendentes
y golpes de humor con su firma. El argumento es peor que pobre porque no se
muestran adecuadamente en los robos ni las dificultades ni cómo las supera. Además, la trama de fondo no se cuenta bien, es absurda e inverosímil. La acción se centra en unas pocas escenas y el humor es muy malo, tratando de explotar la faceta conocida de su protagonista.
Mala.
Mala.
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