Película de 1973 dirigida por Robin Hardy. La policía recibe una carta donde se denuncia la desaparición de una niña así que manda a un agente a investigar al lugar de los hechos, una pequeña isla donde una especie de señor feudal lidera a la población. Al principio todos niegan conocer a la pequeña hasta que encuentra pruebas de que realmente vivía allí. Pero los descubrimientos que va haciendo son más extraños e incomprensibles.
Película británica de culto que trata el tema de las extrañas sectas "religiosas" que, a veces, nos sorprenden en las noticias por sus extremos actos. Con guión original de Anthony Shaffer que posteriormente convertiría en novela, es una cinta valiente y provocadora por adentrarse en ese peculiar mundo de las pequeñas comunidades con absurdas creencias y cultos religiosos. Destaca por la trama puesto que la realización es sencilla y no muy brillante pero suficiente como para servir de vehículo para plantear el tema. Hardy sí consigue crear una buena atmósfera de tensión que va incrementando conforme pasan los minutos al ir desgranando poco a poco la oscura y fría forma de afrontar la vida de los habitantes de la isla. El lugar escogido es perfecto (aunque las que salen en la vida real no llegan a estar tan aisladas y conviven con nosotros) y tiene al gran Christopher Lee como líder de la isla al que le acompaña un correcto Edward Woodward. Por otro lado, los aspectos técnicos son más que discretos.
Interesante.
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