Película de 2013 dirigida por Steven Soderbergh. Un joven bisexual con pasado tormentosos conoce gracias a un amigo gay a una gran estrella de Las Vegas, un pianista y humorista llamado Liberace. Este artista es homosexual y oculta su inclinación al público por temor a las reacciones, aunque sí muestra con orgullo sus excentricidades. Entre ellos surge una relación estable que se mantiene durante varios años, aunque el chico ve que está sustituyendo a otro y teme que le ocurra lo mismo con el tiempo.
Adaptación del libro homónimo de Scott Thorson que cuenta su propia experiencia en los años que estuvo con el excéntrico y pionero showman Liberace. Era un personaje público que no pasaba inadvertido y que ocultaba, formalmente, su inclinación sexual debido a que en esa época estaba muy val visto, por lo que sus responsables lanzaban filtraciones sobre sus famosas conquistas. Soderbergh sabe utilizar el exhibicionismo hortera y excesivo del personaje para romper el drama que subyace en la historia y hacer sonreír al espectador. Trata la sexualidad de forma muy directa y sin tapujos, por lo que hay bastantes escenas sobre el tema y diálogos totalmente explícitos. Es un retrato muy específico de la homosexualidad y, concretamente, de una persona famosa de los sesenta y setenta, por lo que su perspectiva no es generalizable y puede disgustar a buena parte del público. Es un proyecto arriesgado y el director sale airoso del mismo. Se apoya en gran medida en las dos magníficas interpretaciones de sus protagonistas, Michael Douglas y Matt Damon, junto con otras llamativas participaciones como la de Rob Lowe. Douglas está genial con una interpretación exagerada, como lo era el propio Liberace, pero totalmente creíble. .
Buena
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