Película de 2001 dirigida por Bill Paxton. Un joven se entrega a un agente del FBI que está investigando un asesino en serie que se autodenomina la "mano de Dios" afirmando que conoce la identidad del asesino. Aunque no le cree inicialmente, capta su atención cuando le dice que se trata de su propio hermano y empieza a narrarle cómo se convirtió en un asesino. El agente va creyendo su historia conforme cuenta la pesadilla que vivieron siendo unos niños.
El conocido actor Paxton debutó tras las cámaras con una cinta de terror muy inquietante y con un estilo algo clásico, alejándose de escenas gore tan de moda o de sustos al espectador a base de sorpresas. Se basa en una espeluznante historia contada de un modo austero que le confiere una atmósfera más aterradora si cabe. Mezcla la acción actual con el "origen del mal", que es cuando los protagonistas eran unos niños, de forma que hay dos líneas temporales paralelas hasta casi el final. Tiene un buen guión original de Brent Hanley y el director le da el ritmo y crea el ambiente adecuado para que la tensión sea creciente hasta el final. El propio Paxton encabeza el reparto junto con un par de niños que hacen un buen trabajo y el oscarizado Matthew McConaughey.
Buena cinta de terror
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