Película de 2017 dirigida por Alex Kurtzman. En un intento de proteger parte del patrimonio milenario en oriente medio de los terroristas islámicos, un grupo americano encuentra enterrada la tumba de una princesa. Enseguida se dan cuenta que parece más una prisión y que tuvo que suponer un castigo severo para la princesa, por lo que deciden llevarse el sarcófago para estudiarlo y protegerlo. Pero pronto empiezan a ocurrir cosas terribles y extrañas que les hace pensar que han despertado una maldición.
Nueva versión de este clásico del terror que en esta ocasión se concibe más para el género de acción (aunque aprovechando la moda presente de los zombies). No aporta absolutamente nada a lo ya visto y sólo hace un batiburrillo de iconos como los templarios, la momia y Dr. Jekyll para intentar enganchar a los espectadores, además de una gran dosis de efectos especiales y de acción. Queda muy lejos de las versiones clásicas y de las más recientes de Sommer, siendo evidente su intento de seducir a una gran masa de público joven que busca entretenimiento del tipo videojuego. Está protagonizado por el "eternamente" joven Tom Cruise y por Russel Crowe (más joven realmente que el primero), ambos con trabajos a la altura de la cinta. Pero la parte mas débil es su guión que no tiene la mínima consistencia.
Cine palomitero flojo.
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