Película de 2018 dirigida por Susanne Bier. Repentinamente en varias partes del mundo se ve con terror cómo hay algo que provoca que las personas se suiciden sin remedio. En los EE.UU. lo ven con cierto temor, como el caso de una artista que está embarazada. Justo al salir de una revisión ve cómo muchas personas empiezan a suicidarse y se refugia en una casa junto a otros. Pronto descubren que lo que les lleva al suicidio es algo que ven, así que deciden taparse los ojos cuando salen de ella. Pero pasan semanas y meses y no les queda más remedio que salir.
Netflix adapta a la gran pantalla la reciente novela homónima (en el título original de la película) de Josh Malerman de la mano de la directora danesa Bier. Es una historia que se mueve entre el suspense y el terror explotando muy acertadamente lo desconocido que provoca la muerte de las personas. Bier lo trata muy bien de forma que muestra muchos de sus efectos y gradualmente, pero sin querer quedarse en el susto momentáneo y pasajero. Esto hace que la atmósfera se vaya cargando y que el espectador entre en un estado de tensión relevante. El reparto lo lidera la estrella hollywoodiense Sandra Bullock que parece querer repetir las maneras del papel por el que ganó el Oscar (por lo que no funciona del todo bien y menos con la cara tan rara que se le ha quedado tras, seguramente, retocarla) y cuenta con un peso pesado como John Malkovich como secundario. Se trata de una cinta apocalíptica interesante y que recuerda a otras (algunas mejores y otras no).
Entretenida.
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